El mercurio es uno de los elementos más tóxicos que se pueden encontrar en los cuerpos de agua naturales y puede afectar negativamente a los organismos vivos, la salud humana y la calidad del agua potable. Además, el agua es el principal medio de transporte y transformación del mercurio en el medio ambiente y en los organismos vivos. El análisis del mercurio en el agua es de gran importancia para controlar la calidad del agua y las tensiones ambientales asociadas. También se sabe que el mercurio es una toxina persistente y biosensible, lo que significa que su toxicidad no disminuye mediante descomposición o reacción química, y que se absorbe más rápido de lo que puede eliminarse. Recientemente, los esfuerzos por minimizar la liberación de mercurio y seguir su migración a medida que se libera han requerido técnicas analíticas más sensibles para su medición.